Desde los 21 años inicié un viaje profundo de acompañar sirviendo. Y no hablo de “ser útil”, sino de estar al servicio desde el corazón, con presencia y compromiso. Con el paso del tiempo comprendí que esa entrega tenía un nombre: acompañar.

Durante muchos años me identifiqué como madre jefa de hogar, con dos hijos varones, una trabajadora incansable y una militante de los procesos turísticos y del desarrollo local. Hoy, mirando hacia atrás, reconozco que más allá de los roles, siempre fui alguien que eligió acompañar con valores humanos y acción consciente.

He caminado abriendo posibilidades para mí y para otros. Durante más de dos décadas, desarrollé proyectos y políticas en el ámbito turístico: fui Secretaria de Turismo de mi ciudad en seis oportunidades, electa concejal, y también llevé adelante mi emprendimiento turístico privado. Asesoré a empresas, diseñé procesos, gestioné desafíos. Todo eso —y más— está detallado en mi hoja de vida profesional.

Por supuesto, también transité momentos difíciles. Fui resiliente, aprendí de cada experiencia y celebro las veces que elegí sin claudicar. Agradezco profundamente a mi pequeña gran familia, que me acompañó y me permitió desplegar mis habilidades técnicas y —sobre todo— humanas. Sin ese sostén, muchas de mis conquistas no habrían sido posibles.

Hace seis años, decidí ampliar mi camino y me formé como Coach Profesional y Facilitadora. Esa formación me dio nuevas herramientas, nuevas miradas, y sobre todo, me ayudó a ponerle nombre a lo que siempre hice: acompañar con sentido, desde el Ser.

Hoy, retirada de la función pública por elección y con la libertad de volver al ámbito privado, me dispongo a seguir haciendo lo que amo: acompañar procesos personales y grupales, tanto en el mundo turístico como en cualquier espacio donde alguien elija ser acompañado, ponerse en acción y alcanzar sus propios logros.